19 de marzo de 2008

estudiando la felicidad


Un estudio revela que la salud, la familia y los ingresos son para los españoles los factores determinantes a la hora de valorar el bienestar del que disfrutan


Los españoles con pareja, que viven en familia, no pasan apuros económicos y tienen entre 26 y 35 años son los más felices. Por lo menos esto es lo que asegura el primer Informe de la felicidad, presentado ayer en Madrid por el divulgador científico Eduardo Punset y elaborado por el Instituto Coca-Cola de la Felicidad.
En términos generales, ser hombre o mujer no afecta al nivel de felicidad, aunque entre las personas que dicen ser muy felices se registra un mayor porcentaje de mujeres. Si bien no se puede afirmar lo mismo de la edad, pues la percepción de la felicidad se reduce con los años.
Así, entre los españoles de 26 a 35 años se aprecia la mayor diferencia entre el porcentaje de muy felices y poco felices (26% frente a 19,8%), mientras que en la etapa de madurez, de 36 a 55 años, el porcentaje de ciudadanos que se consideran poco felices es mayor que el de gente que se declara muy feliz.
El estudio, basado en una encuesta realizada entre 3.000 personas de 18 a 65 años, revela que la salud (37%), el amor (32%) y el dinero (17%) son, por este orden, los factores más determinantes a la hora de definir si uno es feliz o no lo es. Aunque la edad y el sexo alteran algo estas prioridades, ya que la economía preocupa más cuanto más joven se es, y la salud cobra importancia a medida que se cumplen años.
Al tiempo, las mujeres dan más valor al amor y los hombres a la economía, aunque ambos valoran la salud como la principal condición para ser feliz. El tener pareja es otro de los factores principales. Del 73% de los entrevistados que tienen pareja, el 82,7% se consideran muy felices, frente al 17,3% de los que no tienen una relación estable. Además, las personas que viven en hogares de dos a cuatro miembros se declaran más felices que las que están solas. El 14,5% de los que dicen ser poco felices viven sin compañía, frente al 5,1% de los que dicen ser en este caso muy felices.
El nivel socioeconómico también es una ayuda, pues las clases media, media alta o alta muestran índices de felicidad mayores que las clases sociales menos afortunadas.
Margarita Álvarez, coordinadora del informe, destacó que, mientras que las rentas de más de 20.000 euros por hogar no influyen en la felicidad, los ingresos inferiores sí repercuten en ese estado de ánimo. El apoyo familiar facilita el bienestar. Así, de los que se manifiestan muy felices, un 89,4% disfrutan de una buena relación familiar y visitan, en el 33% de los casos, semanalmente a sus padres.
Los gallegos se encuentran entre los españoles que declaran un nivel de felicidad medio; se califican menos felices que los aragoneses, catalanes, extremeños y navarros (los más afortunados), pero más que asturianos, madrileños y murcianos (los que dicen disfrutar de menos bienestar).
El estudio indica además que las personas que dicen ser felices practican la lectura, escuchan música todos los días, van al cine, al teatro o a eventos deportivos frecuentemente; ven espectáculos de danza y visitan museos de vez en cuando.

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